Dentro de la Semana Santa del Bajo Andarax se estuvo celebrando hasta hace relativamente escasos años, un ritual en el que imperaban la improvisación y la burla, y en el que casi todo estaba permitido pues durante esa noche los muchachos contaban con el permiso de la comunidad para hacer “trastadas” sin temor a represalias. No obstante, la brutalidad de algunas acciones hacía dudar del civismo de algunos jóvenes, así como de la conveniencia de mantener la fiesta.
a Noche de los Pencones
La Noche de los Carros, la Noche de las “Trastás”, la Noche de los Ramos
Rituales
Ritual festivo
Marzo 2014 / ECM.
a Noche de los Pencones
La Noche de los Carros, la Noche de las “Trastás”, la Noche de los Ramos
Rituales
Ritual festivo
Marzo 2014 / ECM.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Vecinos de la localidad
Dentro de la Semana santa del Bajo Andarax, en la noche que va del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección, se estuvo celebrando hasta hace relativamente escasos años, un ritual en el que imperaban la improvisación y la burla, y en el que casi todo estaba permitido pues durante esa noche los muchachos contaban con el permiso de la comunidad para hacer “trastadas” sin temor a represalias. Se escondían o se cambiaban de sitio enseres o muebles que hubiese a las puertas de las casas, como macetas, sillas o carros, muchos de los cuales iban a parar a la plaza del pueblo o a algún lugar insospechado, se colocaban cartelitos alusivos en tono sarcástico en las puertas de las casas de aquellos vecinos que no eran conocidos por su simpatía o que habían hecho algo en perjuicio de la comunidad durante el año, se llevaban pencas (nombre dado en la comarca a la hoja de la planta del higo chumbo) a la puerta de alguna moza del pueblo ya fuese con la intención de gastarle una broma o para resarcirse de algún desengaño amoroso, etc. A la mañana siguiente los mozos esperaban impacientes para ver las reacciones de los afectados y echarse unas risas ante las caras de sorpresa o enfado. En Huércal nos narran algunas de las travesuras que se solían hacer durante esa noche, como atar las puertas de dos casas vecinas con la misma cuerda para que cuando intentasen abrirlas, golpearan cerrándose una y otra vez sin conseguir el objetivo.
En algunos lugares de la geografía andaluza, el Domingo de Resurrección, ya pasados los días de Pasión, los rituales cambian de tono y son reflejo de un total sincretismo pagano-cristiano, a medio camino entre el carnaval, la cuaresma y la Semana santa. Es el caso de la comarca del Bajo Andarax y de la celebración de la Noche de los Pencones, además de otras que tienen lugar en el mismo tiempo festivo, como los “Encuentros”. En ellos se festeja el “renacer” de la vida y de la naturaleza, la llegada de la primavera. Sin embargo en el caso que nos ocupa, se trata de un ritual prácticamente desaparecido.
La festividad estuvo muy extendida por la mayor parte de los pueblos almerienses y de la costa granadina y fue común a todas las localidades del Bajo Andarax, sin excepción, en las que dependiendo del municipio del que se tratase recibía el nombre de Noche de los Pencones, de los Carros o de las Trastás. La costumbre se mantuvo durante muchos años y nunca suscitó ningún conflicto importante entre los vecinos, pues se sabía que lo mejor era tomarlo con paciencia y buen humor, pero a decir de nuestros informantes en los últimos años fue adquiriendo tintes a veces un tanto irrespetuosos, por lo que ya apenas quedan ejemplos. (Ver Rituales de cortejo: La Noche de Ramos)
Dentro de la Semana santa del Bajo Andarax, en la noche que va del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección, se estuvo celebrando hasta hace relativamente escasos años, un ritual en el que imperaban la improvisación y la burla, y en el que casi todo estaba permitido pues durante esa noche los muchachos contaban con el permiso de la comunidad para hacer “trastadas” sin temor a represalias. Se escondían o se cambiaban de sitio enseres o muebles que hubiese a las puertas de las casas, como macetas, sillas o carros, muchos de los cuales iban a parar a la plaza del pueblo o a algún lugar insospechado, se colocaban cartelitos alusivos en tono sarcástico en las puertas de las casas de aquellos vecinos que no eran conocidos por su simpatía o que habían hecho algo en perjuicio de la comunidad durante el año, se llevaban pencas (nombre dado en la comarca a la hoja de la planta del higo chumbo) a la puerta de alguna moza del pueblo ya fuese con la intención de gastarle una broma o para resarcirse de algún desengaño amoroso, etc. A la mañana siguiente los mozos esperaban impacientes para ver las reacciones de los afectados y echarse unas risas ante las caras de sorpresa o enfado. En Huércal nos narran algunas de las travesuras que se solían hacer durante esa noche, como atar las puertas de dos casas vecinas con la misma cuerda para que cuando intentasen abrirlas, golpearan cerrándose una y otra vez sin conseguir el objetivo.
En algunos lugares de la geografía andaluza, el Domingo de Resurrección, ya pasados los días de Pasión, los rituales cambian de tono y son reflejo de un total sincretismo pagano-cristiano, a medio camino entre el carnaval, la cuaresma y la Semana santa. Es el caso de la comarca del Bajo Andarax y de la celebración de la Noche de los Pencones, además de otras que tienen lugar en el mismo tiempo festivo, como los “Encuentros”. En ellos se festeja el “renacer” de la vida y de la naturaleza, la llegada de la primavera. Sin embargo en el caso que nos ocupa, se trata de un ritual prácticamente desaparecido.
La festividad estuvo muy extendida por la mayor parte de los pueblos almerienses y de la costa granadina y fue común a todas las localidades del Bajo Andarax, sin excepción, en las que dependiendo del municipio del que se tratase recibía el nombre de Noche de los Pencones, de los Carros o de las Trastás. La costumbre se mantuvo durante muchos años y nunca suscitó ningún conflicto importante entre los vecinos, pues se sabía que lo mejor era tomarlo con paciencia y buen humor, pero a decir de nuestros informantes en los últimos años fue adquiriendo tintes a veces un tanto irrespetuosos, por lo que ya apenas quedan ejemplos. (Ver Rituales de cortejo: La Noche de Ramos)
La Noche de los Carros, la Noche de las “Trastás”, la Noche de los Ramos
a Noche de los Pencones
Dentro de la Semana santa del Bajo Andarax, en la noche que va del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección, se estuvo celebrando hasta hace relativamente escasos años, un ritual en el que imperaban la improvisación y la burla, y en el que casi todo estaba permitido pues durante esa noche los muchachos contaban con el permiso de la comunidad para hacer “trastadas” sin temor a represalias. Se escondían o se cambiaban de sitio enseres o muebles que hubiese a las puertas de las casas, como macetas, sillas o carros, muchos de los cuales iban a parar a la plaza del pueblo o a algún lugar insospechado, se colocaban cartelitos alusivos en tono sarcástico en las puertas de las casas de aquellos vecinos que no eran conocidos por su simpatía o que habían hecho algo en perjuicio de la comunidad durante el año, se llevaban pencas (nombre dado en la comarca a la hoja de la planta del higo chumbo) a la puerta de alguna moza del pueblo ya fuese con la intención de gastarle una broma o para resarcirse de algún desengaño amoroso, etc. A la mañana siguiente los mozos esperaban impacientes para ver las reacciones de los afectados y echarse unas risas ante las caras de sorpresa o enfado. En Huércal nos narran algunas de las travesuras que se solían hacer durante esa noche, como atar las puertas de dos casas vecinas con la misma cuerda para que cuando intentasen abrirlas, golpearan cerrándose una y otra vez sin conseguir el objetivo.
Rituales
Vecinos de la localidad
Ritual festivo
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