La Noche de las Castañas

  • Municipio: Huércal de Almería
  • Otras denominaciones : La Noche de los Difuntos, la Noche de los Muertos
  • Tipo: Ritual festivo

A pesar de ser motivo de tristeza, la noche de difuntos se vivía con cierta alegría en nuestros pueblos. En estos antiguos rituales y costumbres, los niños eran quienes mejor se lo pasaban.

DENOMINACIÓN :

La Noche de las Castañas


OTRAS DENOMINACIONES :

La Noche de los Difuntos, la Noche de los Muertos



ÁMBITO TEMATICO :

Rituales



TIPOLOGÍA :

Ritual festivo



DATACIÓN :

Marzo 2014 / ECM.


DENOMINACIÓN :

La Noche de las Castañas


OTRAS DENOMINACIONES :

La Noche de los Difuntos, la Noche de los Muertos



GRUPO TEMATICO :

Rituales



TIPO DE ELEMENTO :

Ritual festivo



FECHA / TÉCNICO :

Marzo 2014 / ECM.



LOCALIZACIÓN :

Huércal de Almería.



ACCESOS :

Comarca del Bajo Andarax.



LOCALIZACIÓN REGISTRO:

Huércal de Almería.



ÁMBITO TERRITORIAL :

Comarca del Bajo Andarax.



INFORMANTES :

Vecinos de la localidad



DESCRIPCION :

La madrugada del 1 al 2 de noviembre, víspera del Día de Difuntos, era en los pueblos del Andarax una noche en la que no dormía nadie. Las campanas de la iglesia “tocaban a muerto” durante toda la noche y en las casas se hacían reuniones de amigos, en las que se asaban castañas alrededor de una candela, y se consumían acompañadas de ponche o “palomillas” (típica bebida de la comarca a base de aguardiente con agua, limón y azúcar o miel). Era costumbre que los novios llevasen castañas a la casa de la novia para comerlas juntos y en familia. Y se comenzaban a entonar los primeros villancicos de las Navidades. Las Cuadrillas de Ánimas, compuestas básicamente por los monaguillos o acólitos del sacerdote del pueblo, recorrían las calles de la localidad recogiendo el aguinaldo –ya fuese en dinero o en “especie” (castañas que posteriormente también ellos comerían asadas)- con el que sufragar las misas de difuntos y el redoble de campanas por las almas de los mismos. Mientras que los demás niños del pueblo, aprovechaban la ocasión para ir por las hogueras pidiendo lo que los vecinos tuviesen a bien ofrecerles a cambio de agua bendita de la pila de la iglesia, aunque nuestros informantes nos “confiesan” ahora que, cuando se les acababa el agua de la pila utilizaban la de las acequias que encontraban por el camino. La parte no lúdica del ritual tenía lugar en las casas en las que había que lamentar alguna defunción, en ellas la costumbre era encender velas o “mariposas” (lamparillas de aceite) en unos pequeños altares improvisados con alguna fotografía del familiar o familiares fallecidos, y pasar la noche rezando por sus almas.



ASPECTOS HISTORICOS DESTACABLES:

Los orígenes del ritual descrito pueden localizarse en las tradicionales Cuadrillas de Ánimas que, organizadas principalmente por los padres franciscanos y carmelitas, recorrían campos y pueblos recaudando donaciones para las Benditas Ánimas del Purgatorio. Posteriormente la práctica se extendería al interior de los pueblos y las cuadrillas pasarían a estar integradas por los monaguillos de la iglesia parroquial. En lo que refiere a la costumbre de encender “mariposas” y mantenerlas encendidas durante todo el mes “de los difuntos”, con la finalidad de asegurarse de que los seres queridos encontrasen el camino hacia la gloria y permaneciesen en ella eternamente, cabe señalar que estuvo extendida por toda Andalucía, principalmente por las zonas rurales.



ASPECTOS DESTACABLES:

La fiesta había desaparecido del ciclo festivo del Bajo Andarax, pero en los últimos años ha sido recuperada en algunos de sus municipios como preludio de las fiestas navideñas y de la mano de asociaciones culturales y de adultos, que han sustituido los espacios de celebración tradicionales -la intimidad de las casas y cortijos- por espacios públicos y comunitarios como la plaza del pueblo o la propia sede de la asociación. Aunque también debemos añadir que la influencia de los medios de comunicación y de la globalización, ha provocado que en algunas localidades se haya introducido la celebración de Halloween, dirigida principalmente a los miembros más pequeños de la comunidad.



DESCRIPCION :

La madrugada del 1 al 2 de noviembre, víspera del Día de Difuntos, era en los pueblos del Andarax una noche en la que no dormía nadie. Las campanas de la iglesia “tocaban a muerto” durante toda la noche y en las casas se hacían reuniones de amigos, en las que se asaban castañas alrededor de una candela, y se consumían acompañadas de ponche o “palomillas” (típica bebida de la comarca a base de aguardiente con agua, limón y azúcar o miel). Era costumbre que los novios llevasen castañas a la casa de la novia para comerlas juntos y en familia. Y se comenzaban a entonar los primeros villancicos de las Navidades. Las Cuadrillas de Ánimas, compuestas básicamente por los monaguillos o acólitos del sacerdote del pueblo, recorrían las calles de la localidad recogiendo el aguinaldo –ya fuese en dinero o en “especie” (castañas que posteriormente también ellos comerían asadas)- con el que sufragar las misas de difuntos y el redoble de campanas por las almas de los mismos. Mientras que los demás niños del pueblo, aprovechaban la ocasión para ir por las hogueras pidiendo lo que los vecinos tuviesen a bien ofrecerles a cambio de agua bendita de la pila de la iglesia, aunque nuestros informantes nos “confiesan” ahora que, cuando se les acababa el agua de la pila utilizaban la de las acequias que encontraban por el camino. La parte no lúdica del ritual tenía lugar en las casas en las que había que lamentar alguna defunción, en ellas la costumbre era encender velas o “mariposas” (lamparillas de aceite) en unos pequeños altares improvisados con alguna fotografía del familiar o familiares fallecidos, y pasar la noche rezando por sus almas.



ASPECTOS HISTÓRICOS Y ORÍGENES PROBABLES :

Los orígenes del ritual descrito pueden localizarse en las tradicionales Cuadrillas de Ánimas que, organizadas principalmente por los padres franciscanos y carmelitas, recorrían campos y pueblos recaudando donaciones para las Benditas Ánimas del Purgatorio. Posteriormente la práctica se extendería al interior de los pueblos y las cuadrillas pasarían a estar integradas por los monaguillos de la iglesia parroquial. En lo que refiere a la costumbre de encender “mariposas” y mantenerlas encendidas durante todo el mes “de los difuntos”, con la finalidad de asegurarse de que los seres queridos encontrasen el camino hacia la gloria y permaneciesen en ella eternamente, cabe señalar que estuvo extendida por toda Andalucía, principalmente por las zonas rurales.



ELEMENTOS DESTACABLES Y TRANSFORMACIONES :

La fiesta había desaparecido del ciclo festivo del Bajo Andarax, pero en los últimos años ha sido recuperada en algunos de sus municipios como preludio de las fiestas navideñas y de la mano de asociaciones culturales y de adultos, que han sustituido los espacios de celebración tradicionales -la intimidad de las casas y cortijos- por espacios públicos y comunitarios como la plaza del pueblo o la propia sede de la asociación. Aunque también debemos añadir que la influencia de los medios de comunicación y de la globalización, ha provocado que en algunas localidades se haya introducido la celebración de Halloween, dirigida principalmente a los miembros más pequeños de la comunidad.



REFERENCIA :

La Noche de los Difuntos, la Noche de los Muertos



TÍTULO:

La Noche de las Castañas



NIVEL DE DESCRIPCIÓN:

La madrugada del 1 al 2 de noviembre, víspera del Día de Difuntos, era en los pueblos del Andarax una noche en la que no dormía nadie. Las campanas de la iglesia “tocaban a muerto” durante toda la noche y en las casas se hacían reuniones de amigos, en las que se asaban castañas alrededor de una candela, y se consumían acompañadas de ponche o “palomillas” (típica bebida de la comarca a base de aguardiente con agua, limón y azúcar o miel). Era costumbre que los novios llevasen castañas a la casa de la novia para comerlas juntos y en familia. Y se comenzaban a entonar los primeros villancicos de las Navidades. Las Cuadrillas de Ánimas, compuestas básicamente por los monaguillos o acólitos del sacerdote del pueblo, recorrían las calles de la localidad recogiendo el aguinaldo –ya fuese en dinero o en “especie” (castañas que posteriormente también ellos comerían asadas)- con el que sufragar las misas de difuntos y el redoble de campanas por las almas de los mismos. Mientras que los demás niños del pueblo, aprovechaban la ocasión para ir por las hogueras pidiendo lo que los vecinos tuviesen a bien ofrecerles a cambio de agua bendita de la pila de la iglesia, aunque nuestros informantes nos “confiesan” ahora que, cuando se les acababa el agua de la pila utilizaban la de las acequias que encontraban por el camino. La parte no lúdica del ritual tenía lugar en las casas en las que había que lamentar alguna defunción, en ellas la costumbre era encender velas o “mariposas” (lamparillas de aceite) en unos pequeños altares improvisados con alguna fotografía del familiar o familiares fallecidos, y pasar la noche rezando por sus almas.



CLASIFICACIÓN :

Rituales



PERSONAS / ENTIDADES:

Vecinos de la localidad



MATERIAS:

Ritual festivo