Si no había puentes o para llegar a estos había que dar un importante rodeo, en una sociedad en las gentes de los pueblos del Bajo Andarax tenían una apreciable movilidad por razones familiares o de trabajo, no había otra solución que vadear el río. Pero cuando este traía agua, ¿qué mejor podían hacer la mujeres, los niños y los hombres mayores o de mejor posición, que subirse a cuestas de un fornido lugareño que se podía sacar, así, unas perrillas a cambio?.
Vadiaor
Vadeador, barquero
Oficios
Oficios de pura subsistencia
Marzo 2014 / ECM.
Vadiaor
Vadeador, barquero
Oficios
Oficios de pura subsistencia
Marzo 2014 / ECM.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Vecinos de la localidad
Antes de la construcción del puente sobre el río Andarax, pasar de un lado a otro del mismo era una auténtica proeza especialmente en invierno cuando venían las crecidas. Por lo que era principalmente en esos momentos cuando se utilizaban los servicios de “vadiaor”. Se trataba de un señor que cruzaba a las personas de un lado a otro del río, ya fuese en brazos o a “coscoletas” (horcajadas). El “vadiaor” iba descalzo y se metía en agua hasta bastante más arriba de las rodillas. Según nos relatan los vecinos hubo algunos que se hicieron famosos por sus conocimientos en el arte de sortear el río, pues “tanteaban” el lecho del mismo con gran destreza hasta conocer con precisión la dirección correcta a seguir. Las mujeres de mayor edad nos cuentan además, la decorosa e impecable técnica que utilizaba para no tocarles el culo cuando debía trasladar a alguna de ellas a la otra orilla. Dicho método consistía en entrelazar sus dedos por detrás de la espalda, subiendo un poco las manos para dejar dos huecos a ambos lados, era entonces cuando la muchacha metía una rodilla en cada uno de ellos mientras se agarraba a sus hombros, cruzando de este modo el río.
El Andarax ha sido históricamente un importante elemento en las vidas de los vecinos del Valle como fuente de riqueza agrícola y ganadera. Pero al mismo tiempo y hasta la construcción de los diversos puentes existentes sobre el río, también supuso una frontera entre los habitantes de uno y otro lado, circunstancia ésta que ha quedado reflejada en la tradición oral a través de numerosas leyendas que narran la rivalidad entre pueblos de ambas márgenes, como es el caso de Huércal y Viator.
Lógicamente el oficio de “vadiaor” perdió su utilidad en la comarca cuando se construyó el primero de los puentes sobre el Andarax, no conocemos con exactitud el año de construcción del puente que comunica Huércal y Viator, aunque sí que sabemos que el que une Benahadux con Rioja fue concluido en 1876.
Antes de la construcción del puente sobre el río Andarax, pasar de un lado a otro del mismo era una auténtica proeza especialmente en invierno cuando venían las crecidas. Por lo que era principalmente en esos momentos cuando se utilizaban los servicios de “vadiaor”. Se trataba de un señor que cruzaba a las personas de un lado a otro del río, ya fuese en brazos o a “coscoletas” (horcajadas). El “vadiaor” iba descalzo y se metía en agua hasta bastante más arriba de las rodillas. Según nos relatan los vecinos hubo algunos que se hicieron famosos por sus conocimientos en el arte de sortear el río, pues “tanteaban” el lecho del mismo con gran destreza hasta conocer con precisión la dirección correcta a seguir. Las mujeres de mayor edad nos cuentan además, la decorosa e impecable técnica que utilizaba para no tocarles el culo cuando debía trasladar a alguna de ellas a la otra orilla. Dicho método consistía en entrelazar sus dedos por detrás de la espalda, subiendo un poco las manos para dejar dos huecos a ambos lados, era entonces cuando la muchacha metía una rodilla en cada uno de ellos mientras se agarraba a sus hombros, cruzando de este modo el río.
El Andarax ha sido históricamente un importante elemento en las vidas de los vecinos del Valle como fuente de riqueza agrícola y ganadera. Pero al mismo tiempo y hasta la construcción de los diversos puentes existentes sobre el río, también supuso una frontera entre los habitantes de uno y otro lado, circunstancia ésta que ha quedado reflejada en la tradición oral a través de numerosas leyendas que narran la rivalidad entre pueblos de ambas márgenes, como es el caso de Huércal y Viator.
Lógicamente el oficio de “vadiaor” perdió su utilidad en la comarca cuando se construyó el primero de los puentes sobre el Andarax, no conocemos con exactitud el año de construcción del puente que comunica Huércal y Viator, aunque sí que sabemos que el que une Benahadux con Rioja fue concluido en 1876.
Vadeador, barquero
Vadiaor
Antes de la construcción del puente sobre el río Andarax, pasar de un lado a otro del mismo era una auténtica proeza especialmente en invierno cuando venían las crecidas. Por lo que era principalmente en esos momentos cuando se utilizaban los servicios de “vadiaor”. Se trataba de un señor que cruzaba a las personas de un lado a otro del río, ya fuese en brazos o a “coscoletas” (horcajadas). El “vadiaor” iba descalzo y se metía en agua hasta bastante más arriba de las rodillas. Según nos relatan los vecinos hubo algunos que se hicieron famosos por sus conocimientos en el arte de sortear el río, pues “tanteaban” el lecho del mismo con gran destreza hasta conocer con precisión la dirección correcta a seguir. Las mujeres de mayor edad nos cuentan además, la decorosa e impecable técnica que utilizaba para no tocarles el culo cuando debía trasladar a alguna de ellas a la otra orilla. Dicho método consistía en entrelazar sus dedos por detrás de la espalda, subiendo un poco las manos para dejar dos huecos a ambos lados, era entonces cuando la muchacha metía una rodilla en cada uno de ellos mientras se agarraba a sus hombros, cruzando de este modo el río.
Oficios
Vecinos de la localidad
Oficios de pura subsistencia