Los antiguos pueblos, entonces sin apenas comercios, y la antigua gente, con escasas posibilidades de desplazamiento, encontraban en el cosario (el que traía cosas) un aliado para poder solventar los problemas de abastecimiento y darse a veces una pequeña satisfacción.
Cosario
Tartanero, Corsario
Oficios
Oficios ambulantes
Marzo 2014 / ECM.
Cosario
Tartanero, Corsario
Oficios
Oficios ambulantes
Marzo 2014 / ECM.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Huércal de Almería.
Comarca del Bajo Andarax.
Vecinos de la localidad
El cosario, corsario o tartanero era un carrero que conduciendo su tartana –un carro cubierto tirado por un burro-, realizaba diariamente el trayecto de ida y vuelta desde el pueblo en el que habitaba hasta la capital almeriense, pasando además por aquellos otros pueblos que se encontraba en el camino. Salía antes del amanecer y regresaba ya caída la tarde pues en sus viajes hacía recados para todo aquel que tenía que llevar o traer algo de la capital o de alguna localidad cercana, e igualmente también llevaba y traía pasajeros, además de comprar y vender distinto tipo de mercancías.
Durante todo el siglo XIX y la primera mitad del XX supusieron uno de los pocos medios de transporte urbanos y colectivos existentes, posteriormente con la llegada del ferrocarril a la zona el oficio desapareció progresivamente.
Según nos relatan nuestros informantes algunos de ellos cuidaban su atuendo e incluso vestían con cierta elegancia, aunque no era la nota común. Por lo general eran bastante habladores y siempre sabían el lugar exacto en el que conseguir cualquier tipo de mercadería. También los había que pregonaban su mercancía y voceaban los asientos libres.
El cosario, corsario o tartanero era un carrero que conduciendo su tartana –un carro cubierto tirado por un burro-, realizaba diariamente el trayecto de ida y vuelta desde el pueblo en el que habitaba hasta la capital almeriense, pasando además por aquellos otros pueblos que se encontraba en el camino. Salía antes del amanecer y regresaba ya caída la tarde pues en sus viajes hacía recados para todo aquel que tenía que llevar o traer algo de la capital o de alguna localidad cercana, e igualmente también llevaba y traía pasajeros, además de comprar y vender distinto tipo de mercancías.
Durante todo el siglo XIX y la primera mitad del XX supusieron uno de los pocos medios de transporte urbanos y colectivos existentes, posteriormente con la llegada del ferrocarril a la zona el oficio desapareció progresivamente.
Según nos relatan nuestros informantes algunos de ellos cuidaban su atuendo e incluso vestían con cierta elegancia, aunque no era la nota común. Por lo general eran bastante habladores y siempre sabían el lugar exacto en el que conseguir cualquier tipo de mercadería. También los había que pregonaban su mercancía y voceaban los asientos libres.
Tartanero, Corsario
Cosario
El cosario, corsario o tartanero era un carrero que conduciendo su tartana –un carro cubierto tirado por un burro-, realizaba diariamente el trayecto de ida y vuelta desde el pueblo en el que habitaba hasta la capital almeriense, pasando además por aquellos otros pueblos que se encontraba en el camino. Salía antes del amanecer y regresaba ya caída la tarde pues en sus viajes hacía recados para todo aquel que tenía que llevar o traer algo de la capital o de alguna localidad cercana, e igualmente también llevaba y traía pasajeros, además de comprar y vender distinto tipo de mercancías.
Oficios
Vecinos de la localidad
Oficios ambulantes