La llamada Casa del Médico constituye la mejor representación de la arquitectura burguesa de la segunda mitad del siglo XIX en el espacio urbano de Huércal, presentando una recargada decoración comparable a la de las casas más llamativas de la época, en el conjunto de la provincia. En este sentido destaca su fachada, cuya puerta y balcones presentan arcos llamados segmentados con frontal decorado, así como el pórtico interior que separa los dos ambientes de la gran estancia central. Llama también la atención la diversa azulejería que adorna la parte baja de las paredes interiores. En la parte posterior se conservan 2 soberbias palmeras y varios pinos del antiguo huerto. La casa debe su nombre a haber sido la residencia y consulta del antiguo médico de la población D. Francisco García Álvarez, una persona muy querida en el pueblo por haber ejercido su labor de forma abnegada y desprendida, ayudando a muchos enfermos sin recursos en una época en la que no existía la seguridad social.
Casa del Médico
Arquitectura Residencial
Casa destacable
Casa del Médico
Arquitectura Residencial
Casa destacable
Calle Real del núcleo de Huércal, frente a la estación de ferrocarril.
Desde la propia calle Real.
Calle Real del núcleo de Huércal, frente a la estación de ferrocarril.
Desde la propia calle Real.
Casa historicista de planta cuadrangular, ligeramente trapezoidal. Presenta dos alturas, siendo perceptible desde la fachada principal tan solo la superior más un semisótano, debido al escalonamiento del terreno. La planta alta corresponde a las estancias nobles mientras que la baja, con entrada también desde la calle Lepanto, estaba dedicada a almacenes y zonas de servicio. La fachada principal se encuentra enmarcada por un zócalo, pilastras laterales y entablamento. Este se encuentra formado por doble moldura-arquitrabe, friso liso y una doble cornisa moldurada, bajo la cual llama la atención un bocel decorado mediante escotaduras regulares. La puerta, que alcanza el nivel de la calle mediante dos escalones exteriores, ocupa el espacio central derecho del conjunto de las 4 calles verticales de vanos, situándose a los lados los balcones superiores y los tragaluces del semisótano, unidos verticalmente entre sí por un mismo recerco. La rejería, que cubre los balcones por completo, es de antepecho y resalto en la parte superior, con inserciones emplomadas. Todos los huecos presentan arco segmentado, estando rematados tanto la puerta como los 3 balcones por frontis con resalto en la clave y guardapolvos denticulado. El interior presenta una escalinata de acceso que nace desde la calle, flanqueada por balaustrada calada en “eses”, la cual penetra en el zaguán. Este presenta estancias laterales, donde se encontraba la consulta del médico. El paso desde el zaguán a la zona privada se realiza mediante una portada de arco carpanel, con doble montante, completamente recercada por una gruesa moldura, que envuelve a un dintel, este soportado por semicolumnillas de fuste estriado. Desde el zaguán se accede a un gran repartidor (donde descansa el cuerpo de luces) que enlaza con otra estancia que se abre al huerto posterior mediante una puerta- ventanal. El paso entre estas dos estancias se realiza a través de un pórtico de 3 vanos carpaneles, los cuales descansan sobre columnas y semicolumnas, levantadas sobre plintos, con fuste liso y capiteles compuestos. A ambos lados se encontraban los dormitorios y el resto de la zona habitable. La casa presenta una profusa decoración entre la que destaca, además de lo expresamente citado, la azulejería de los zócalos, la cristalera del ventanal trasero, los suelos de mosaico hidráulico, los montantes acarpanelados de las puertas, el penacho con decoración vegetal de la clave del arco central del pórtico, etc.
Al frente se encuentra, sobreelevado, el patio de carruajes de la estación del tren, mientras que a los lados se localizan viviendas de una y dos plantas. La parte posterior estaba ocupada por el huerto de la casa, hoy dedicado parcialmente a aparcamiento. Aquí se conservan 2 palmeras africanas de soberbio porte entre la cuales se sitúan 3 pinos, uno de ellos, también de apreciable tamaño. Tras el huerto se levantan bloques de viviendas de 4 alturas.
La casa fue propiedad del médico D. Francisco García Álvarez, muy querido en la población, cuyo hijo Francisco García Ábad siguió al padre en el ejercicio de la profesión. D. Francisco tenía la consulta a la derecha de las escaleras de acceso y allí atendía, muchas veces de forma altruista a muchos vecinos que, no obstante, buscaban la forma de pagar aunque fuera en especie. Su abnegación le valió que se le dedicara una calle que corresponde a la antigua carretera de Almería, donde se encuentran varios de los mejores vestigios arquitectónicos de la arquitectura decimonónica del municipio, calle que forma hoy parte del Camino Mozárabe de Santiago. Después la casa quedó como ayuntamiento, acogiendo en la actualidad las oficinas de los servicios sociales zonales en la planta superior, y el archivo municipal en la inferior. La fachada posterior presentaba una gran balconada-mirador volada, a la que se podía acceder desde las distintas habitaciones posteriores. Este mirador se encontraba protegido por balaustrada, al igual que la escalinata que desde el mismo descendía perpendicularmente hasta el huerto, habiendo todo ello desaparecido fruto de las sucesivas transformaciones.
Esta casa constituye la mejor representación de la arquitectura burguesa de la segunda mitad del siglo XIX en el espacio urbano de Huércal, presentando una recargada decoración comparable a la de las casas más llamativas de la época, en el conjunto de la provincia.
Casa historicista de planta cuadrangular, ligeramente trapezoidal. Presenta dos alturas, siendo perceptible desde la fachada principal tan solo la superior más un semisótano, debido al escalonamiento del terreno. La planta alta corresponde a las estancias nobles mientras que la baja, con entrada también desde la calle Lepanto, estaba dedicada a almacenes y zonas de servicio. La fachada principal se encuentra enmarcada por un zócalo, pilastras laterales y entablamento. Este se encuentra formado por doble moldura-arquitrabe, friso liso y una doble cornisa moldurada, bajo la cual llama la atención un bocel decorado mediante escotaduras regulares. La puerta, que alcanza el nivel de la calle mediante dos escalones exteriores, ocupa el espacio central derecho del conjunto de las 4 calles verticales de vanos, situándose a los lados los balcones superiores y los tragaluces del semisótano, unidos verticalmente entre sí por un mismo recerco. La rejería, que cubre los balcones por completo, es de antepecho y resalto en la parte superior, con inserciones emplomadas. Todos los huecos presentan arco segmentado, estando rematados tanto la puerta como los 3 balcones por frontis con resalto en la clave y guardapolvos denticulado. El interior presenta una escalinata de acceso que nace desde la calle, flanqueada por balaustrada calada en “eses”, la cual penetra en el zaguán. Este presenta estancias laterales, donde se encontraba la consulta del médico. El paso desde el zaguán a la zona privada se realiza mediante una portada de arco carpanel, con doble montante, completamente recercada por una gruesa moldura, que envuelve a un dintel, este soportado por semicolumnillas de fuste estriado. Desde el zaguán se accede a un gran repartidor (donde descansa el cuerpo de luces) que enlaza con otra estancia que se abre al huerto posterior mediante una puerta- ventanal. El paso entre estas dos estancias se realiza a través de un pórtico de 3 vanos carpaneles, los cuales descansan sobre columnas y semicolumnas, levantadas sobre plintos, con fuste liso y capiteles compuestos. A ambos lados se encontraban los dormitorios y el resto de la zona habitable. La casa presenta una profusa decoración entre la que destaca, además de lo expresamente citado, la azulejería de los zócalos, la cristalera del ventanal trasero, los suelos de mosaico hidráulico, los montantes acarpanelados de las puertas, el penacho con decoración vegetal de la clave del arco central del pórtico, etc.
La casa fue propiedad del médico D. Francisco García Álvarez, muy querido en la población, cuyo hijo Francisco García Ábad siguió al padre en el ejercicio de la profesión. D. Francisco tenía la consulta a la derecha de las escaleras de acceso y allí atendía, muchas veces de forma altruista a muchos vecinos que, no obstante, buscaban la forma de pagar aunque fuera en especie. Su abnegación le valió que se le dedicara una calle que corresponde a la antigua carretera de Almería, donde se encuentran varios de los mejores vestigios arquitectónicos de la arquitectura decimonónica del municipio, calle que forma hoy parte del Camino Mozárabe de Santiago. Después la casa quedó como ayuntamiento, acogiendo en la actualidad las oficinas de los servicios sociales zonales en la planta superior, y el archivo municipal en la inferior. La fachada posterior presentaba una gran balconada-mirador volada, a la que se podía acceder desde las distintas habitaciones posteriores. Este mirador se encontraba protegido por balaustrada, al igual que la escalinata que desde el mismo descendía perpendicularmente hasta el huerto, habiendo todo ello desaparecido fruto de las sucesivas transformaciones.
Esta casa constituye la mejor representación de la arquitectura burguesa de la segunda mitad del siglo XIX en el espacio urbano de Huércal, presentando una recargada decoración comparable a la de las casas más llamativas de la época, en el conjunto de la provincia.
La Arquitectura Residencial Histórica de Huércal de Almería
Visita al interior en horario de oficina, previa cita.
Directa. Vecinos.
Casa del Médico
Noviembre de 2013.
Casa historicista de planta cuadrangular, ligeramente trapezoidal. Presenta dos alturas, siendo perceptible desde la fachada principal tan solo la superior más un semisótano, debido al escalonamiento del terreno. La planta alta corresponde a las estancias nobles mientras que la baja, con entrada también desde la calle Lepanto, estaba dedicada a almacenes y zonas de servicio. La fachada principal se encuentra enmarcada por un zócalo, pilastras laterales y entablamento. Este se encuentra formado por doble moldura-arquitrabe, friso liso y una doble cornisa moldurada, bajo la cual llama la atención un bocel decorado mediante escotaduras regulares. La puerta, que alcanza el nivel de la calle mediante dos escalones exteriores, ocupa el espacio central derecho del conjunto de las 4 calles verticales de vanos, situándose a los lados los balcones superiores y los tragaluces del semisótano, unidos verticalmente entre sí por un mismo recerco. La rejería, que cubre los balcones por completo, es de antepecho y resalto en la parte superior, con inserciones emplomadas. Todos los huecos presentan arco segmentado, estando rematados tanto la puerta como los 3 balcones por frontis con resalto en la clave y guardapolvos denticulado. El interior presenta una escalinata de acceso que nace desde la calle, flanqueada por balaustrada calada en “eses”, la cual penetra en el zaguán. Este presenta estancias laterales, donde se encontraba la consulta del médico. El paso desde el zaguán a la zona privada se realiza mediante una portada de arco carpanel, con doble montante, completamente recercada por una gruesa moldura, que envuelve a un dintel, este soportado por semicolumnillas de fuste estriado. Desde el zaguán se accede a un gran repartidor (donde descansa el cuerpo de luces) que enlaza con otra estancia que se abre al huerto posterior mediante una puerta- ventanal. El paso entre estas dos estancias se realiza a través de un pórtico de 3 vanos carpaneles, los cuales descansan sobre columnas y semicolumnas, levantadas sobre plintos, con fuste liso y capiteles compuestos. A ambos lados se encontraban los dormitorios y el resto de la zona habitable. La casa presenta una profusa decoración entre la que destaca, además de lo expresamente citado, la azulejería de los zócalos, la cristalera del ventanal trasero, los suelos de mosaico hidráulico, los montantes acarpanelados de las puertas, el penacho con decoración vegetal de la clave del arco central del pórtico, etc.
Arquitectura Residencial
Casa destacable
Directa. Vecinos.
Buen estado general a pesar de las transformaciones.