El conjunto formado por el Acueducto y Aljibe de Las Cumbres constituye uno de los mejores ejemplos de la sencilla pero eficiente arquitectura del agua del Bajo Andarax. Se construye a finales del siglo XIX para llevar el agua al cortijo de Los Córdobas, dentro del proceso de ampliación del regadío a las zonas altas del llano del Andarax para la extensión del cultivo de la uva de mesa, mediante el llamado Canal de San Indalecio. Pero su mayor significación es que su función en el riego de de la finca es totalmente secundaria, habiéndose realizado el importante esfuerzo tan solo para aportar agua de consumo al aljibe de la casa, hoy derribado, y al lavadero colindante.
Acueducto y Aljibe de Las Cumbres
Acueducto del cortijo de los Córdoba
El Agua en la Agricultura
Acueducto
Acueducto y Aljibe de Las Cumbres
Acueducto del cortijo de los Córdoba
El Agua en la Agricultura
Acueducto
Zona norte del municipio, entre la autovía y la Rambla del Pollo (o de las Calabazas) al oeste de la carretera N 340.
Desde la carretera Nacional 340 aguas arriba de la margen derecha de la rambla del Pollo.
Zona norte del municipio, entre la autovía y la Rambla del Pollo (o de las Calabazas) al oeste de la carretera N 340.
Desde la carretera Nacional 340 aguas arriba de la margen derecha de la rambla del Pollo.
Largo acueducto procedente del Canal de San Indalecio (que sale de su partidor nº 6, llamado de D. Antonio Méndez) construido en mampostería enfoscada recibida con mortero de cal, en alguno de cuyos tramos se advierte la profusa utilización de fracciones de cántaros y tejas. Penetra en la finca excavado en el terreno (hoy pegado al límite norte de la urbanización Las Cumbres) para, tras describir algunos quiebros, y abrirse mediante diversas compuertas para regadío con guías de cantería, iniciar un conjunto de 3 tramos encadenados en una U abierta. Estos se encuentran sobreelevados sobre una larga arquería de 28 arcos rebajados que le permite superar la vaguada interior de la finca. Finalmente alcanza el promontorio central sobre el que se ubicaba el cortijo de los Córdoba (hoy demolido) para atender a un pequeño abrevadero-lavadero longitudinal y un aljibe situados al frente, y llenar una pequeña balsa de riego que se conserva tras las ruinas del cortijo. El primer tramo de esta parte sobreelevada del canal (de unos 25 m de longitud) que arranca desde un grueso medio pilar de refuerzo, carece de arquería, mientras que el segundo (de aproximadamente 30 m) está formado por 8 arcos, el tercero de los cuales presenta rosca de cantería caliza, con objeto de reforzar la resistencia frente al paso del desagüe de la vaguada que episódicamente discurre bajo el mismo. Desde el centro de este tramo se abre un aliviadero de descarga levantado sobre una pilastra adosada al acueducto. Finalmente, el tercer tramo, de unos 100 m, está formado por 20 arcos y un segmento final macizo que, tras un giro de 90º, discurre paralelo al paseo de acceso al cortijo. El abrevadero y posible antiguo lavadero está formado por el canal de acequia que ha sido extendido en su ancho (a lo largo de unos 10 metros) para obtener una superficie sobreelevada con ligera pendiente hacia el canal que serviría como superficie de lavado. Adosado al abrevadero-lavadero se localiza la balsa del antiguo aljibe de 10 x 5 metros de planta, con bóveda rebajada, hoy demolida. Esta se encontraba reforzada por tres arcos fajones interiores con pilastras a ambos lados, presentando un paramento interior de rasilla maciza recibida con mortero de cal, la cual fue revestida posteriormente con una nueva superficie del mismo material pero de menor grosor, en este caso recibida con mortero de hormigón. Una balsa rectangular de tamaño medio (acondicionada como piscina) situada a poniente del cortijo construiría el destino final del acueducto.
Gran finca agrícola, en su momento dedicada al cultivo de la uva de embarque, asentada sobre los cerros del pié de sierra de Gádor, organizada en parcelas horizontales algo escalonadas mediante muros de piedra seca a fin de corregir la pendiente topográfica. Un conjunto de brazales de riego perfectamente ordenados garantizaban el riego a manta a los distintos bancales.
El siglo XIX supone un salto cualitativo en la explotación agrícola del bajo Andarax. La extensión del cultivo de la uva de Ohanes y sus prometedores beneficios económicos dan lugar a una gran extensión de la superficie cultivable, gran parte de la cual se obtiene mediante la construcción del Canal de San Indalecio. Esta conducción es promovida en los últimos años del siglo XIX por la Sociedad de Nuevos Riegos San Indalecio, siendo diseñado y ejecutado bajo la dirección del arquitecto Enrique López Rull. El conjunto de agua final presenta un enfoscado de hormigón que podría corresponder con la datación expresada en una cartela incisa popular en la que figura la fecha 20-12-92. Esta reforma podría corresponder, igualmente, a la colocación de pequeños jalones cilíndricos decorativos de hormigón a ambos lados del pequeño paseo de acceso al cortijo.
Constituye uno de los mejores ejemplos de la sencilla pero eficiente arquitectura del agua del Bajo Andarax. Su gran cantidad de arcos le imprime cierta espectacularidad. Pero su mayor significación es que su función en el riego de de la finca es totalmente secundaria, habiéndose realizado el importante esfuerzo para aportar agua de consumo al aljibe de la casa.
Largo acueducto procedente del Canal de San Indalecio (que sale de su partidor nº 6, llamado de D. Antonio Méndez) construido en mampostería enfoscada recibida con mortero de cal, en alguno de cuyos tramos se advierte la profusa utilización de fracciones de cántaros y tejas. Penetra en la finca excavado en el terreno (hoy pegado al límite norte de la urbanización Las Cumbres) para, tras describir algunos quiebros, y abrirse mediante diversas compuertas para regadío con guías de cantería, iniciar un conjunto de 3 tramos encadenados en una U abierta. Estos se encuentran sobreelevados sobre una larga arquería de 28 arcos rebajados que le permite superar la vaguada interior de la finca. Finalmente alcanza el promontorio central sobre el que se ubicaba el cortijo de los Córdoba (hoy demolido) para atender a un pequeño abrevadero-lavadero longitudinal y un aljibe situados al frente, y llenar una pequeña balsa de riego que se conserva tras las ruinas del cortijo. El primer tramo de esta parte sobreelevada del canal (de unos 25 m de longitud) que arranca desde un grueso medio pilar de refuerzo, carece de arquería, mientras que el segundo (de aproximadamente 30 m) está formado por 8 arcos, el tercero de los cuales presenta rosca de cantería caliza, con objeto de reforzar la resistencia frente al paso del desagüe de la vaguada que episódicamente discurre bajo el mismo. Desde el centro de este tramo se abre un aliviadero de descarga levantado sobre una pilastra adosada al acueducto. Finalmente, el tercer tramo, de unos 100 m, está formado por 20 arcos y un segmento final macizo que, tras un giro de 90º, discurre paralelo al paseo de acceso al cortijo. El abrevadero y posible antiguo lavadero está formado por el canal de acequia que ha sido extendido en su ancho (a lo largo de unos 10 metros) para obtener una superficie sobreelevada con ligera pendiente hacia el canal que serviría como superficie de lavado. Adosado al abrevadero-lavadero se localiza la balsa del antiguo aljibe de 10 x 5 metros de planta, con bóveda rebajada, hoy demolida. Esta se encontraba reforzada por tres arcos fajones interiores con pilastras a ambos lados, presentando un paramento interior de rasilla maciza recibida con mortero de cal, la cual fue revestida posteriormente con una nueva superficie del mismo material pero de menor grosor, en este caso recibida con mortero de hormigón. Una balsa rectangular de tamaño medio (acondicionada como piscina) situada a poniente del cortijo construiría el destino final del acueducto.
El siglo XIX supone un salto cualitativo en la explotación agrícola del bajo Andarax. La extensión del cultivo de la uva de Ohanes y sus prometedores beneficios económicos dan lugar a una gran extensión de la superficie cultivable, gran parte de la cual se obtiene mediante la construcción del Canal de San Indalecio. Esta conducción es promovida en los últimos años del siglo XIX por la Sociedad de Nuevos Riegos San Indalecio, siendo diseñado y ejecutado bajo la dirección del arquitecto Enrique López Rull. El conjunto de agua final presenta un enfoscado de hormigón que podría corresponder con la datación expresada en una cartela incisa popular en la que figura la fecha 20-12-92. Esta reforma podría corresponder, igualmente, a la colocación de pequeños jalones cilíndricos decorativos de hormigón a ambos lados del pequeño paseo de acceso al cortijo.
Constituye uno de los mejores ejemplos de la sencilla pero eficiente arquitectura del agua del Bajo Andarax. Su gran cantidad de arcos le imprime cierta espectacularidad. Pero su mayor significación es que su función en el riego de de la finca es totalmente secundaria, habiéndose realizado el importante esfuerzo para aportar agua de consumo al aljibe de la casa.
La Arquitectura del Agua de Huércal de Almería
Perceptible desde el exterior de la finca.
Directa. Bibliografía
Acueducto del cortijo de los Córdoba
Acueducto y Aljibe de Las Cumbres
Noviembre de 2013. ASH
Largo acueducto procedente del Canal de San Indalecio (que sale de su partidor nº 6, llamado de D. Antonio Méndez) construido en mampostería enfoscada recibida con mortero de cal, en alguno de cuyos tramos se advierte la profusa utilización de fracciones de cántaros y tejas. Penetra en la finca excavado en el terreno (hoy pegado al límite norte de la urbanización Las Cumbres) para, tras describir algunos quiebros, y abrirse mediante diversas compuertas para regadío con guías de cantería, iniciar un conjunto de 3 tramos encadenados en una U abierta. Estos se encuentran sobreelevados sobre una larga arquería de 28 arcos rebajados que le permite superar la vaguada interior de la finca. Finalmente alcanza el promontorio central sobre el que se ubicaba el cortijo de los Córdoba (hoy demolido) para atender a un pequeño abrevadero-lavadero longitudinal y un aljibe situados al frente, y llenar una pequeña balsa de riego que se conserva tras las ruinas del cortijo. El primer tramo de esta parte sobreelevada del canal (de unos 25 m de longitud) que arranca desde un grueso medio pilar de refuerzo, carece de arquería, mientras que el segundo (de aproximadamente 30 m) está formado por 8 arcos, el tercero de los cuales presenta rosca de cantería caliza, con objeto de reforzar la resistencia frente al paso del desagüe de la vaguada que episódicamente discurre bajo el mismo. Desde el centro de este tramo se abre un aliviadero de descarga levantado sobre una pilastra adosada al acueducto. Finalmente, el tercer tramo, de unos 100 m, está formado por 20 arcos y un segmento final macizo que, tras un giro de 90º, discurre paralelo al paseo de acceso al cortijo. El abrevadero y posible antiguo lavadero está formado por el canal de acequia que ha sido extendido en su ancho (a lo largo de unos 10 metros) para obtener una superficie sobreelevada con ligera pendiente hacia el canal que serviría como superficie de lavado. Adosado al abrevadero-lavadero se localiza la balsa del antiguo aljibe de 10 x 5 metros de planta, con bóveda rebajada, hoy demolida. Esta se encontraba reforzada por tres arcos fajones interiores con pilastras a ambos lados, presentando un paramento interior de rasilla maciza recibida con mortero de cal, la cual fue revestida posteriormente con una nueva superficie del mismo material pero de menor grosor, en este caso recibida con mortero de hormigón. Una balsa rectangular de tamaño medio (acondicionada como piscina) situada a poniente del cortijo construiría el destino final del acueducto.
El Agua en la Agricultura
Acueducto
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