Minas del Risco del Pollo

Patrimonio minero

Minas

Minas del Risco del Pollo

Patrimonio minero

Minas

Cabecera del barranco de el Pollo en su margen derecha, frente al Risco del Pollo.

Pista que asciende desde la carretera Nacional 340a, frente al entrada al barrio de El Potro.

Cabecera del barranco de el Pollo en su margen derecha, frente al Risco del Pollo.

Pista que asciende desde la carretera Nacional 340a, frente al entrada al barrio de El Potro.

Conjunto de múltiples pozos mineros de explotación del plomo. En ellos distingue: el pozo propiamente dicho, normalmente rectangular y revestido interiormente de mampostería; la caseta, formada por un muro de piedra seca de planta rectangular (antes con cubierta plana de launa) que acoge en su interior al pozo y, finalmente, el vaciadero o escombrera de estériles. Estos vaciaderos demuestran la absoluta ausencia de materia orgánica que contienen al no haber sido colonizados, en la mayor parte de los casos, por vegetación alguna a pesar del tiempo transcurrido. En ellos se distinguen los colores ocres de los materiales arcillosos de los grises de las filitas (launas). En ocasiones las minas se inician mediante excavación en el interior de cuevas de origen cárstico al pie de las cuales aparecen singulares vaciaderos a modo de ríos de lava, dando lugar a un llamativo paisaje.

El entorno corresponde a un matorral mediterráneo de bajo porte, donde destaca el espartizal, el cual ha colonizado los suelos carbonatados donde aflora la roca caliza. La geomorfología presenta una combinación de lomas cortadas por barrancos entre los que destacan algunos imponentes riscos o cerros testigo que denotan una mayor resistencia a la erosión.

La minería del plomo en sierra de Gádor ha sido una constante desde tiempos remotos. Desde culturas prehistóricas hasta el siglo XX los pueblos del valle del Andarax han dejado su vida en estos lugares, en una historia llena de penalidades para muchos y grandes beneficios para algunos. En los años 20 del siglo XIX, la liberalización de la explotación del plomo decretada por Fernando VII da lugar a una eclosión de la excavación de pozos mineros que convierte a sierra de Gádor en un “queso de gruyere” y en un hervidero de personas. Tras grandes altibajos, las primeras décadas del siglo XX marcan el último languidecer de la actividad minera, que se prolonga de forma precaria mediante la explotación de la magnesita en zonas superficiales.

La explotación del plomo se materializaba mediante la excavación de pozos verticales y “trancás” horizontales, estas para facilitar la renovación del aire y como medio de escape ante posibles derrumbamientos. Tras una selección manual de las fracciones de galena más gruesas, se realizaba una selección más fina mediante el llamado garvilleo, un sistema en el que la mena (el material en bruto) era centrifugada manualmente y en seco, mediante una especie de cedazo sin agujeros llamado garvillo. Con ello se obtenía la separación entre las pequeñas fracciones de galena y el resto estéril. Finalmente, la galena se fundía en el mismo entorno de las minas mediante hornos o pequeños y precarios hornillos llamados boliches.

Conjunto de múltiples pozos mineros de explotación del plomo. En ellos distingue: el pozo propiamente dicho, normalmente rectangular y revestido interiormente de mampostería; la caseta, formada por un muro de piedra seca de planta rectangular (antes con cubierta plana de launa) que acoge en su interior al pozo y, finalmente, el vaciadero o escombrera de estériles. Estos vaciaderos demuestran la absoluta ausencia de materia orgánica que contienen al no haber sido colonizados, en la mayor parte de los casos, por vegetación alguna a pesar del tiempo transcurrido. En ellos se distinguen los colores ocres de los materiales arcillosos de los grises de las filitas (launas). En ocasiones las minas se inician mediante excavación en el interior de cuevas de origen cárstico al pie de las cuales aparecen singulares vaciaderos a modo de ríos de lava, dando lugar a un llamativo paisaje.

La minería del plomo en sierra de Gádor ha sido una constante desde tiempos remotos. Desde culturas prehistóricas hasta el siglo XX los pueblos del valle del Andarax han dejado su vida en estos lugares, en una historia llena de penalidades para muchos y grandes beneficios para algunos. En los años 20 del siglo XIX, la liberalización de la explotación del plomo decretada por Fernando VII da lugar a una eclosión de la excavación de pozos mineros que convierte a sierra de Gádor en un “queso de gruyere” y en un hervidero de personas. Tras grandes altibajos, las primeras décadas del siglo XX marcan el último languidecer de la actividad minera, que se prolonga de forma precaria mediante la explotación de la magnesita en zonas superficiales.

La explotación del plomo se materializaba mediante la excavación de pozos verticales y “trancás” horizontales, estas para facilitar la renovación del aire y como medio de escape ante posibles derrumbamientos. Tras una selección manual de las fracciones de galena más gruesas, se realizaba una selección más fina mediante el llamado garvilleo, un sistema en el que la mena (el material en bruto) era centrifugada manualmente y en seco, mediante una especie de cedazo sin agujeros llamado garvillo. Con ello se obtenía la separación entre las pequeñas fracciones de galena y el resto estéril. Finalmente, la galena se fundía en el mismo entorno de las minas mediante hornos o pequeños y precarios hornillos llamados boliches.

La Minería en Huércal de Almería

La zona no presenta restricciones, si bien al encontrase los pozos abiertos y en ocasiones difícilmente perceptibles, no se aconseja la visita a los escolares, debiendo hacerse en grupos reducidos de adultos guiados por personal especializado.

Directa.

Minas del Risco del Pollo

Noviembre de 2013.ASH.

Conjunto de múltiples pozos mineros de explotación del plomo. En ellos distingue: el pozo propiamente dicho, normalmente rectangular y revestido interiormente de mampostería; la caseta, formada por un muro de piedra seca de planta rectangular (antes con cubierta plana de launa) que acoge en su interior al pozo y, finalmente, el vaciadero o escombrera de estériles. Estos vaciaderos demuestran la absoluta ausencia de materia orgánica que contienen al no haber sido colonizados, en la mayor parte de los casos, por vegetación alguna a pesar del tiempo transcurrido. En ellos se distinguen los colores ocres de los materiales arcillosos de los grises de las filitas (launas). En ocasiones las minas se inician mediante excavación en el interior de cuevas de origen cárstico al pie de las cuales aparecen singulares vaciaderos a modo de ríos de lava, dando lugar a un llamativo paisaje.

Patrimonio minero

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Directa.

Las cubiertas y parte de los muros de los pozos se encuentran derruidos, si bien el interés etnográfico y paisajístico del conjunto conserva un enorme interés.